Esa mañana, la del día 18 de Junio y con 36 semanas y 1 día de embarazo, me desperté temprano. Tenía turno para hacerme un eco doppler así controlábamos a la gordita. Me levanté “rara”, sentía algo diferente a lo que venía sintiendo. No se…me sentí molesta. Me pasó a buscar mi hermana y nos fuimos al control. El estudio dio perfecto y la ecógrafa me dijo que Eugenia estaba alrededor de los 2.434 Kg.
Volví a la casa de mi mamá, me metí de nuevo en la cama y pasé el día como la mayoría de todos, mirando tele, jugando a algún que otro jueguito en internet, intentando pasar el tiempo.
Mi mamá también me notó rara, la cara un poco hinchada, pero no quiso decirme nada. Para que alimentar mi ansiedad no?
Se hizo la hora de cenar y yo tenía dolores tipo menstruales, mi mamá me pregunta si me iba a levantar a cenar, cosa que ya tenía permitido, y le dije …cenaremos???? Realmente me estaba sintiendo “rara y molesta”.
Tuve una necesidad de levantarme al baño, hice pis y cuando me levanto siento un ruido extraño y como que algo se había destrabado dentro mío. Como cuando a uno le suena un hueso. Me reviso y me doy cuenta que había despedido el famoso tapón mucoso con algo, muy poco de líquido. Mi inexperiencia me hizo llamar a mi hermana, no sabía lo que me estaba pasando, si había roto bolsa y eso era el líquido que se suponía debía perder o que se me había fisurado la bolsa. Mi hermana me dijo andá al Sanatorio. Lo llamo a mi médico y me dice lo mismo.
Me acuesto de nuevo en la cama, lo llamo a Marcos y le cuento lo que me estaba pasando. El me pregunta que quería que haga, si ya salía desde Gálvez hacia Rosario o si esperaba. Yo le dije que esperara, ya que no sentía nada de dolor, no sabía qué era lo que me iban a decir en el Sanatorio, que apenas tenía novedades yo lo llamaba.
Mientras mi mamá y mi papá preparaba y cargaban las cosas en el auto y yo seguía acostada tuve algunas contracciones dolorosas entonces volví a llamar a Marcos y le dije que saliera para Rosario, yo imaginé volver a mi casa con ese dolor y me era imposible imaginarlo. Supuse que esa noche sería el día de conocer a nuestra hija.
Salimos para el Sanatorio, yo acostada en el asiento de atrás del auto y retorciéndome del dolor. Ahí me di cuenta que todo lo que había imaginado o el miedo que tenía a no darme cuenta del trabajo de parto era imposible! Esas benditas contracciones son inconfundibles!!!!
Llegamos al sanatorio, según el ingreso fue a las 21:30 de la noche, directamente fuimos a la guardia y la obstetra de turno me revisa. Lo primero que hace es monitorear a la gordita y Euge estaba perfecta. Me hace tacto a mí y me dice que tengo 5 cm de dilatación y en ese momento se rompe la bolsa. Woooowww dije 5 cm ya! Qué bien!!!
Me llevan a sala de partos y me dicen que mi médico llegaba en cualquier momento y que me iban a poner la epidural. Realmente no imaginaba seguir con esos dolores, así que a cada uno que entraba a la sala de partos le decía vos sos el anestesista??? Necesitaba parar con el dolor ya!
Llega mi obstetra, me habla, me calma, intenta que mis contracciones no sean molestas explicándome como respirar. Aparece el anestesista y me colocan la perdidural. No sentí nada de dolor, estaba totalmente concentrada en mis contracciones.
Una vez que hace efecto, cosa que sucedió de inmediato, tengo una contracción sin dolor y automáticamente mi obstetra empieza a monitorear a Eugenia, los latidos estaban perfectos. A los 5 minutos tengo otra contracción y mi útero queda contraído, inmediatamente los latiditos de mi princesa bajaron de una forma inexplicable y los míos subieron hasta casi estallarme el corazón del miedo! El obstetra me pide que me ponga boca arriba, me hace tacto para ver si era que la gordita había terminado de encajarse y si llegara a tener vuelta de cordón esa bajadita de latidos se debiera a eso. Pero no. Los latidos eran súper alejados y mi útero seguía contraído.
Urgente el médicos dice hay que sacarla. Naty tengo que operarte, me dice y me pregunta me entendés??? Si Diego!!! Sácala Ya!!!
Nos fuimos urgente a quirófano, reforzaron la anestesia, levantaron la manta para que yo no viera nada, me colocaron oxígeno, llamaron a la neonatóloga y a sacar a Eugenia.
En 10 minutos lo más esperado sucedió…Eugenia hizo su aparición a este mundo y llorando como siempre lo hubiese imaginado! Hora registrada 23:20 hs con un peso de 2.900 kgs.
No me la mostraron enseguida, había que ver como estaba ella por el sufrimiento fetal que hubo. Yo preguntaba cómo estaba…nada me importaba más que ella. El obstetra me decía que bien, me decía escuchala llorar!!!!
Eugenia estaba fantástica, le hicieron todo lo que se le hace a un bebe cuando nace y me la mostraron. El mundo se paralizó. No reaccioné. Siempre imaginé estallar en llanto pero no…estaba muy asustada por todo lo que había pasado y ese miedo no me dejaba disfrutar del momento. Necesitaba saber que ella estaba bien. Se la volvieron a llevar para cambiarla y yo de costadito la miraba, mientras era el momento de que se ocuparan de mí para poder salir del quirófano.
Me colocaron en una camilla y recostaron sobre mi pecho a Eugenia e hicimos la gran aparición. Estaban esperándonos el flamante “PAPA”, mi hermana, mis viejos, mis cuñadas y mi cuñado. Todos emocionados y desbordados de felicidad.
Ya en la habitación la prendí a la teta y ella lo hizo como si hubiese hecho un curso intensivo en 8 meses! Una genia como se prendió!!!
EUGENIA es lo más hermoso que me pudo haber pasado en la vida, es mi aire, mi luz, mi alma. No veo nada más allá de ella. Mi vida está en sus manos para que haga con ella lo que quiera.
Hoy puedo decir que TODO vale la pena SIEMPRE, nunca hay que bajar los brazos, lo que uno desea siempre con esfuerzo, ganas, perseverancia, tarde o temprano se consigue.
GRACIAS a todos por estar SIEMPRE!
Al entrar a casa, mis tías Caro y Yuli me hicieron una mariposa que decía Bienvenida Euge y Mamá!
